Se acerca el invierno, ¿cazamos unos mitos? - Farmacia Diego

Se acerca el invierno, ¿cazamos unos mitos?

Falta nada para que llegue el invierno y, con él, la Navidad. Esas entrañables fechas familiares y sus problemas de salud. Y es que, como si de caminantes blancos se tratara, las gripes, resfriados y mocos nos esperan al otro lado del muro. Y no te creas que por cerrar la puerta vas a conseguir que no te ataquen. Ni siquiera poniéndote calcetines. No, aunque tu abuela te lo haya dicho esto no funciona así.

Los mitos, mitos son.

Y es que, si hacemos caso a la segunda acepción que admite la RAE, un mito es una historia ficticia. Pero si le añadimos la cuarta (propiedades atribuidas a una cosa que en realidad no las tiene), podemos explicar todo lo que vamos a ver hoy.

Con los mitos, además, sucede una cosa curiosa. A base de repetirlos terminamos por creerlos y pensar que son reales. Aún cuando no tienen más fuerza que la tradición. Es normal que antes se usaran para explicar lo que no se sabía. También es lícito deducir cosas al observarlas que parecen lógicas y asumirlas como ciertas aunque no lo sean. Pero hoy en día podemos explicar muchos de estos mitos mediante los avances científicos.

Y, aunque más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y nuestras abuelas están en lo cierto en muchas ocasiones. Hoy te voy a quitar de enmedio algunos mitos. Espero que no te enfades mucho… 

Si andas descalzo te vas a resfriar.

¿Te suena de algo? Seguro que más de una vez te ha dicho tu madre: ¡Ponte los calcetines, que te vas a resfriar!

Pero no, no te vas a resfriar por ir sin calcetines ni llevar los tobillos al aire (menos mal, porque con la moda de ahora la mitad de la población estaría fastidiada). Tampoco por salir a la calle con el pelo mojado. Incluso por no llevar chaqueta. Para resfriarte, simple y llanamente, tienes que entrar en contacto con el virus que causa el resfriado. Normalmente un rinovirus.

¿Y la gripe?

Ya que los resfriados y las gripes suelen meterse en el mismo saco aprovecho para decirte que con la gripe pasa lo mismo. Si te contagias de la gripe es más probable que haya sido por darle la mano a alguien o por abrir una puerta hasta con los guantes puestos. Pero ya te digo que por no haberlos llevado no va a ser.

Temperatura y humedad juegan un papel fundamental en el contagio de la gripe y resfriado.

De ahí la importancia de la higiene diaria y constante. Lavarte las manos con frecuencia, estornudar y toser hacia los lados, abrir las puertas de los lugares públicos con los codos, etc. Y dirás: “sí hombre, menudo friki”. Vale, pero piensa por un momento en esa persona que estornuda poniéndose la mano delante de la nariz y luego abre la puerta de la consulta del médico dejando ahí pegados sus virus y más cosas… ¿Lo habías pensado?

¿Entonces la temperatura no importa?

Pues no. Eso tampoco es correcto. Sí que importa y seguramente lo estabas pensando. “¿Diego, cómo me dices eso si me resfrío siempre en invierno o cuando hace frío?

Pues eso también tiene una explicación muy sencilla. Los rinovirus estos de los que hablábamos antes son unos bichillos que viven a temperaturas bajas. Es más fácil contagiarte entre los 3 y los 7º C. Además, por encima de los 30º el virus muere.

La cebolla y los mocos.

Buenooooo, ahora verás el jardín en el que me voy a meter… Ya lo dijo Boticaria García por aquí.  La cebolla no calma la tos. Pero seguramente estés pensando; “no, si para la tos no es, es para las mocos”. Pues eso, que tampoco quita los mocos. Vengaaaaa vale, ya me voy…

¿Pero entonces por qué se utiliza? Pues no está muy claro. Supongo que lo debió popularizar alguien con huerta… Lo que sí que está claro es que se trata de un remedio muy español y mucho español. En el resto del mundo no se utiliza. Cuando haces una búsqueda de estudios no los hay, por ese motivo.

Vale, ¿entonces no hay evidencia que diga que no funciona tampoco? Pues no. Pero que algo no se haya demostrado que no funciona no quiere decir que sí que funcione. No se ha demostrado que funcione ni que no funcione, chimpón. ¿Que a ti te va bien? Pues úsala. No va a hacer ningún mal. Eso sí, siempre y cuando no dejes los tratamientos que te hayan mandado los facultativos y no digas “yo le pongo cebolla que ya tirará los mocos y paso de ir al médico”. También recuerda que siempre que los mocos se acompañen de fiebre hay que pasar por consulta.

El antibiótico de los tres días.

Y seguimos enlazando. Pasamos del resfriado a los mocos y ahora al antibiótico. Y te preguntarás, qué puede tener de mito un antibiótico. Pues en sí mismo nada, es el contexto el que lía.

A diario nos encontramos en la farmacia pacientes que vienen despotricando del médico porque “he ido a la consulta porque la niña tiene mocos y no le ha mandado antibiótico, ¿tú te crees?”. Y nosotros, con cara de poker, tenemos que apaciguar ese fuego interno capaz de matar al virus de la gripe.

¿Antibiótico sí o no?

Esta pregunta es superfácil de responder. Cuando hace falta sí y cuando no es necesario, no. ¿Qué te ha parecido?

Venga va, te lo comento un poco. Los antibióticos son útiles contra las bacterias y no contra todas. ¿Esto qué significa? Pues que si la infección es de un virus no va a servir para nada. La mayoría de las infecciones que cursan con fiebre están generadas por virus. Por lo tanto que tenga fiebre no va a ser el indicador de que haga falta un antibiótico. Además no todos los antibióticos sirven para todas las bacterias.

Confía siempre en tu médico.

¿Entonces cómo sé si necesita antibiótico?

Pues ahí está el quid de la cuestión. No eres tú quien tiene que saberlo, para eso está el médico que le hará una exploración completa, valorará síntomas e historia y prescribirá lo que corresponde. Te aseguro que ningún médico quiere que un paciente empeore por no mandarle el tratamiento correcto. Confía en la profesión que saben perfectamente lo que hacen. Encima tenemos la suerte de tener en España unos de los médicos mejor formados de todo el mundo.

No te empeñes en que le manden antibiótico al niño porque hay ocasiones en que el profesional se ve forzado a vencerse ante la presión y mandar el antibiótico sin ser necesario. En ese caso los problemas que puede ocasionar al paciente son muy superiores a los beneficios y estaríamos obrando mal.

Puede darse, además, otro caso. Este caso no tiene mucha lógica después de haber dicho que los médicos españoles son unos grandes profesionales. Pero en todas las familias hay una oveja negra. Puede haber alguien que, sin explorar al paciente prescribe el típico antibiótico de los tres días. Si esto ocurre lo que debes hacer es cambiarte de médico ya que te hace un flaco favor a ti y a la sanidad en general. Porque puede ser que acierte y el antibiótico sea necesario. Pero acertará por pura chiripa (como diría mi padre). Y debido a este mal uso las bacterias generan resistencias a los antibióticos y muchos dejan de funcionar. Por eso el antibiótico de los tres días (azitromicina es su nombre) ha perdido tanta eficacia.

Vacunas.

Las vacunas son tus amigas y existen para ayudarte.

Y finalmente abordamos el mito de salud por excelencia y uno de los que más problemas nos están ocasionando y, de seguir así, nos ocasionará.

Las vacunas son medicamentos preventivos. ¿Qué significa esto? Que previenen de enfermar o de hacerlo con gravedad. Pero no curan la enfermedad si ya la tienes. Por ejemplo, la vacuna del sarampión no te cura si estás pasando el sarampión. Es más, si lo estás pasando ya es tontería que te vacunes porque tu cuerpo, si sobrevives, se inmuniza a ese virus. Y sí, digo si sobrevives, porque el sarampión es una enfermedad letal en muchos casos

En los últimos tiempos ha surgido una corriente antivacunación a nivel mundial. Al igual que aparecen los que dicen que la Tierra es plana o que el ser humano jamás llegó a la Luna. Pero estos últimos, al contrario de los primeros, únicamente suponen un problema para ellos mismos. El movimiento antivacuna está ocasionando que enfermedades casi olvidadas y superadas estén volviendo con más fuerza todavía. Es el caso del sarampión y el repunte que está teniendo, por ejemplo, en Andalucia. Si quieres saber cómo funcionan las vacunas y qué es el efecto grupal déjame un comentario e intentaré explicártelo.

Las vacunas son una solución de salud a nivel mundial.

¿Son seguras las vacunas?

Te estarás haciendo la pregunta clave, ¿pero son seguras?. Te diré que en farmacología se mide el índice del beneficio frente al riesgo. ¿Por qué se hace así? Porque ningún medicamento es seguro al 100%. Siempre puede haber un caso en el que se genere un efecto adverso. Y las vacunas no están exentas de un mínimo riesgo. Pero completamente superado por el potencial beneficio que ofrecen y que nos ayudan a salvar millones de muertes. Te recomiendo que le eches un ojo a este vídeo.

Por lo tanto la respuesta a tu pregunta es un rotundo sí. Las vacunas son completamente seguras y, además, te pueden salvar la vida a ti y a tus hijos. Podríamos considerar a las vacunas como pequeñas heroínas que van haciendo el bien por el mundo. Deberían de ser, por lo tanto, tus mejores amigas.

Espero que te haya gustado y hayas pasado un rato entretenido leyendo este artículo. Si encima te ha servido para aprender algo, pues mucho mejor. Y ya sabes, si te gusta compártelo con tus contactos y déjame los comentarios que quieras y sugerencias de artículos que te interesen.

¡Un abrazo y seguimos en contacto! 🙂

 

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2 comentarios en «Se acerca el invierno, ¿cazamos unos mitos?»

  1. OLÉ¡¡¡¡¡¡
    Se puede decir más alto, pero más claro no¡¡¡¡¡¡

    La verdad es que se aprende un móntón con tus artículos, tratas el tema en profundidad pero con un vocabulario ameno y fácil de entender.. y sobre todo vas al grano, llamas a las cosas por su nombre y sin florituras.

    Cada uno tenemos nuestro trabajo, y los médicos por supuesto saben mejor que nadie lo que necesitamos…
    Eso si permíteme que te diga que, a mí, aparte de hacer caso al médico… me encantan los remedios de la abuela¡¡¡¡ son sanos y naturales y a veces ayudan … al igual que utilizar productos para prevenir que sean naturales.

    Sólo hay una duda que se me plantea en el apartado delas vacunas¡¡¡¡ yo soy de vacunas pero no tengo la misma opinión para la Famosa Vacuna de la Gripe, quizás porque la información que tengo de ella no es la acertada o porque veo como gente que se la ha puesto coge igualmente la gripe¡¡¡¡ no sé, yo por si acaso no me la pongo…. y puede que sea un error…

    Nuevamente gracias por el tiempo que dedicas a escribir y por supusto no dejes de hacerlo…
    Un saludo.
    Gracias.

    Responder
    • ¡Muchas gracias por tus palabras! Es un placer escribir si le sirve al menos a una persona. Así que gracias de nuevo.

      Los remedios de la abuela me gustan a mi también, pero hay que saber si funcionan o no. Hay que estar informados y, después, hacer lo que quieras. Pero actuando en consecuencia, jajajaja.

      Respecto a la vacuna de la gripe te comento. Es una vacuna al igual que las demás. Es decir, como he comentado en el artículo, sirve para prevenir o para atenuar la enfermedad, o sea, pillarla, pero más flojita. En el caso de la gripe hay una particularidad. El virus de la gripe tiene infinidad de hermanitos que son de la misma familia pero no exactamente iguales. Los científicos, por probabilidad, intentan predecir los que tienen más papeletas de atacar ese año y generan la vacuna a partir de ellos. Hay veces que te ataca otra «cepa» distinta del virus, otras veces son resfriados y otras veces son gripes de las cepas vacunadas que las pasas «más suaves». Hay que tener claro que la vacuna de la gripe es para la gripe. Que mucha gente viene después y dice, mira, me he puesto la vacuna y aún así me constipo, jejeje.
      Una cosa a saber de las vacunas es que se pueden hacer de dos formas. Con virus atenuados, es decir, debilitados. Son unos camorristas pero sin navajas y con las manos atadas a la espalda y una pierna de madera. Sueltan alguna patada, pero menos. Por eso pueden hacer reacción al ponerlas. La de la gripe es de este tipo. Hay otras que lo que hacen es inocularte anticuerpos directamente y asi, si la enfermedad te ataca, ya los tienes y das tiempo a tus células a generar refuerzos. Estas sí que servirían para curar (como en el caso de la malaria y la famosa monjita).

      ¡Espero que te haya servido de algo! 🙂

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