Un error que muchos cometemos en alimentación.
De un tiempo a esta parte te encuentras con que parece que para comer sano tienes que alimentarte con productos ecológicos. A esto se suma la quimiofobia (miedo a los productos químicos). ¿Quién tiene la culpa de esto? La culpa es de todos y de nadie, pero resulta que se ha revertido el proceso. Lo que viene siendo que los pájaros disparan a las escopetas.
¿Qué es un producto ecológico? 
La definición de producto ecológico (biológico u orgánico) es la de un producto natural que se consigue sin la utilización de un compuesto químico. Dentro de esta cultura se suele buscar la sostenibilidad del producto y la «felicidad» de los animales.
¿Qué significa esto? Pues que no solo se trata de no usar pesticidas, fertilizantes u hormonas. Habría también que intentar reciclar agua de riego, conseguir una ecología y salud del suelo, mantener a los animales pastando y comiendo libremente… Es una forma de entender la vida.
¿Nada de química?
Quizás hayas leído que no se utilizan químicos y se te hayan quedado los ojos como al icono del whatsapp. Pues sí, esa es la definición, te preguntarás que cómo es posible si todo lo que nos rodea es química. Ahí es donde aparece una de las grandes incongruencias. ¿Con qué riegan o dan de beber a los animales, por ejemplo, o es que el agua no es un producto químico(H2O)?
Aquí es donde aparecen los pajaritos enfurecidos. Desde la industria alimentaria (el imperio como lo llama @farmagemma y me encanta) quisieron vendernos que todo lo que no lleva químicos es mejor, promocionando el “sin” hasta la extenuación en el envase de sus productos procesados. Ahora te encuentras con que le has cogido miedo a los conservantes, acidulantes, colorantes… que llevan los alimentos sin saber bien el porqué ya que muchos son naturales. Aunque esto daría para otro artículo.
¿Entonces es más sano?
Sabiendo esto puedes pensar que algo ecológico es más sano que algo que no lo es. Ahí es donde surge el error de este concepto. Si que es más sano para el suelo, los vegetales o los animales bio. Pero no tiene por qué serlo para ti cuando te lo comes. Esto es debido a que la definición de producto eco no engloba nada de la forma de tratar dicho producto una vez que se ha conseguido. Eco, bio u orgánico no es lo mismo que saludable.
Es decir, podemos conseguir un filete de ternera ecológica o de soja y, como materia prima sería muy saludable, pero si la ultraprocesamos creando, por ejemplo, unas salchichas eco, entonces nos encontraremos con un producto que no tendrá nada de saludable.
¿Y qué hago?
Pues está claro que ser fiel a ti mismo y actuar en función de tus creencias y tu forma de ser. Yo intento darte la información para que la utilices como mejor te parezca. Si comes carne y primas la “felicidad” de los animales por encima del dinero que te gastes en el producto, lógicamente comprarás carne o huevos eco (o de animales en libertad certificados). Porque ahí aparece otro de los temas complicados, la diferencia de precio.
En muchos productos, nutricionalmente hablando, no está justificada la diferencia de precio que tienes que pagar por un producto eco, pero entran en juego todos los demás factores. Así que, si te interesa este tema, deja algún comentario y seguiremos tratándolo en próximos artículos.
Ahora a disfrutar de la comida y a ser feliz. Eso sí, respetando siempre el medio ambiente y a los demás.
¡Un abrazo y seguimos en contacto! 🙂
Muy interesante!! en la mayoría de productos eco te ponen el sello y no especifican en qué están siendo ecológicos. Por ejemplo la leche eco del Aldi, es ecológica porque sus vacas pastan en libertad? porque comen piensos naturales? porque no las hormonan? porque respetan su producción de leche natural?…
Está genial este tipo de artículos para clarificar todo este entramado de productos de los cuales a veces lo único que estás pagando de más es por el sellito.
En realidad todas las características que has dicho se tienen que cumplir para tener la certificación eco. El problema es que hay ocasiones en que el incremento de precio no está acorde al incremento de calidad del producto. Yo, por ejemplo, en el caso de animales recomiendo que sea eco y te aseguras de que, al menos, el animal haya podido hacer su vida normal hasta el momento. En huevos, por ejemplo, no es necesario que sean eco siempre y cuando sean huevos de gallinas criadas en libertad. Eso se sabe por el número de la cáscara. ¡Ay, es tan lioso todo! Jejejeje.
Esto da para más temas y más artículos… si interesa seguiremos tratándolo. 🙂
Sí! en animales mejor que sea así. Muy interesante este tema!
Me alegro de que te parezca interesante. Seguiremos tratando el tema y cosas muy parecidas. ¡Hay demasiadas contradicciones en estas cosas! Jejejeje.
Me quedo con la frase SER FIEL CON UNO MISMO, como bien dIces de nada sirve comprar de forma ecológica si luego sometemos a los alimetos a un cocinado abrasivo, mucho mejor lavarlos bien y cocinarlos de una forma suave, ayudamos así a que no pierdan su sabor y estén buenisimos, tanto unos como otros. Aun así me ha gustado leer este articulo porque te aclara conceptos que yo por lo menos tenia un poco equivocados¡¡¡¡¡
Ecológica o no ecológica lo ideal es saber alimentarnos, que es lo más complicado.
Por cierto GRACIAS POR ESA MARAVILLOSA RECETA¡¡¡¡
¡Gracias a ti!
Hay que aprender a alimentarse bien y, como dices, sacar los sabores de los alimentos para poder disfrutarlos como merece. Abusamos del sabor dulce y salado y olvidamos los otros tres sabores que se pueden disfrutar igualmente. 🙂