Vídeo de podemos. Saludable y ecológico no son sinónimos. Farmacia Diego

Saludable y ecológico no son sinónimos.

Que no, que por más que te intenten confundir saludable y ecológico no son sinónimos. Ya te lo dije aquí y ahora te lo voy a repetir. Te lo repito porque me importas y me importa tu salud. Te lo repito porque es fácil que te confundan y quiero que tengas información. Aprovecho a repetírtelo ahora que “Podemos” ha hecho un tuit con un vídeo con el que te puede confundir.

No quiero generar ninguna controversia política ni mucho menos. No es mi intención y no quiero que esto se vea como un ataque a ningún partido. Pero viene bien este vídeo para poder desmigar lo que dice. También es cierto que hay que decir que al menos se están moviendo e intentando algo. Confundidos en los conceptos, pero ya es un paso. Ojalá todos los partidos se pusieran de acuerdo en algo que a mi juicio es tan importante. Renovar la legislación alimentaria debería ser una prioridad. Igual que debería serlo actualizar los conocimientos en nutrición de todo el personal sanitario.

El vídeo o el tuit. Tanto monta…

El vídeo en sí es un absoluto despropósito. Aunque, como he dicho antes, tiene un base o un cierto aroma a algo importante. No sé si lo has visto, por eso primero te dejo el enlace y luego lo comentamos.

La gente come mal porque quiere.

Empieza el vídeo aseverando que mucha gente dice que si alguien come mal porque quiere. Es un gran error y no sé si la gente lo dice o no, pero no debería hacerlo. La población no se alimenta bien por diversos motivos como son, entre otros:

  • Falta de información. Confundir conceptos de manera intencionada o involuntaria te llevan a no saber realmente qué es bueno o no.
  • Falta de formación. No hay asignaturas de nutrición en la educación obligatoria que te enseñen a alimentarte bien.
  • Facilidad de acceso a productos poco saludables. Máquinas de vending o productos azucarados al alcance de cualquier niño.
  • Publicidad y promociones. Los productos que más se anuncian suelen ser los menos saludables. Además, muchos de ellos, suelen llevar regalitos de personajes de moda.
  • Pérdida de confianza en la industria y los estamentos oficiales. La falta de legislación hace que todo valga.

Todo esto sumado a factores culturales y económicos genera el denominado ambiente obesogénico. Lo que encuentras a tu alrededor te hace que sea más fácil mantener los mismos hábitos. Acabando por ser más fácil comer mal que bien.

Productos ecológicos.

El vídeo continúa diciendo que si “una persona quisiera comer bien compraría productos ecológicos”. Y termina preguntándote, “¿verdad?” Dando por hecho que sabes de sobra que para comer bien hay que comer productos ecológicos.

Aquí nos encontramos con el mayor disparate de todo lo comentado. A estas alturas tú ya sabes que para comer bien tienes que alimentarte con productos saludables. Pero escuchas esto y te genera duda. Desde El Congreso me dicen que para alimentarme bien no sirven los alimentos “normales”. Tengo que comer alimentos ecológicos. ¿Qué le pasará entonces al resto de alimentos, llevarán cosas malas para mi?

Saludable y ecológico.

No es lo mismo. Repite conmigo. NO ES LO MISMO:

  • Alimentación saludable. La que nos aporta todos los nutrientes esenciales y la energía necesaria para cada uno. Obteniendo estos nutrientes de los alimentos más naturales y que han demostrado ser más beneficiosos para nuestro organismo.
  • Alimentación ecológica. Igualmente nos aporta nutrientes y energía a través de productos naturales que se consiguen sin la utilización de compuestos químicos. Pero aquí lo importante es lo último. Es decir, no se controla la calidad y cantidad de esos nutrientes. Solo se le da importancia a la forma de conseguirlos.

Por lo tanto podemos encontrarnos con productos sanos que no sean ecológicos y que sí que lo sean. Igual que podemos encontrarnos con productos ecológicos que sean saludables o no.

Sí, es imposible elegir porque no son productos similares.

Comparar dos cestas.

Te he dicho antes que la parte más disparatada era la anterior, pero igual me he columpiado. En este tema tampoco se quedan cortos. Te dicen en el vídeo que compares dos cestas. Una tiene productos ecológicos. La otra productos de oferta del súper. Y llegan a la conclusión de que la primera es más cara que la segunda.

Ahora yo te digo que llenes una cesta de piedras y otra de gatitos y que compares cual es más cara. Y tú me dirás, ¿para qué? Pues eso digo yo… Si quieres comparar algo tendrá que ser comparable, ¿no? ¡Qué bien viene aquí ese famoso dicho español “no mezcles churras con merinas”! Que sí, que está claro que puedes acariciar las dos cosas. Igual que lo otro lo puedes comer. Pero no sé, igual queda un poco raro que vayas acariciando piedras por ahí.

En fin, que no podemos comparar productos ecológicos con ofertas del supermercado. Podrás comparar marca con marca blanca. Podrás comparar producto ecológico con no ecológico. Pero la comparación que proponen en el vídeo no te lleva a ninguna conclusión.

El sueldo medio no da para esos productos.

Aquí mezclamos dos conceptos. Sueldos bajos y precio de los alimentos. En lo primero no voy a entrar porque no es lo que me compete (ojalá todos cobrásemos muchísimo más). Pero lo segundo es preocupante. Es mucho más barato comprar alimentos insanos. Aunque comete un error al hablar de alimentos procesados. Hay procesados muy buenos (al igual que algún utraprocesado) y muy saludables. Pero suelen ser más caros que los mismos alimentos frescos o naturales. No tienes más que comparar un kilo de garbanzos que vale lo mismo que un bote de 400g. Siendo los primeros secos y los de bote húmedos que pesan más.

En realidad se quiere referir a los ultraprocesados. Estos alimentos sí que son mucho más baratos teniendo encima la ventaja de no ser perecederos en tiempo cercano. Es decir, tardan más en estropearse y hacerse malos que los productos frescos. Lo que, además, te permite poder aprovechar ofertas o comprar para tener en la despensa por si acaso.

Lo que tenemos claro es que comparando productos ecológicos y no ecológicos los primeros son más caros. Y seguramente comparando producto fresco con utraprocesados haya una diferencia económica. Lo que no creo es que sea tan grande, sobre todo si te organizas y compras con previsión.

Publicidad.

Otro de los problemas realmente preocupantes a los que nos enfrentamos es el tema de la publicidad de los alimentos. Ya lo hemos comentado anteriormente al hablar del ambiente obesogénico y aquí lo recalcan dándole la notoriedad que a mi criterio debe tener. Esto es un problema serio y se deberían tomar medidas. Si a estas alturas esto no está regulado es porque no ha interesado.

Diferencia entre los mismos cereales en Chile y en España. Fuente sinazucar.org

Tenemos el ejemplo de otros países donde se ha prohibido el uso de personajes de dibujos en la publicidad de productos ultraprocesados. También se prohíbe hacer promociones o regalar el típico muñequito en la caja de cereales o del cacao que te lleva a querer comprar más. ¿Te acuerdas de hincharte a chicles y pastelitos para conseguir la colección completa? ¿Habrías consumido menos si no hubieran tenido esos regalos?

Esa publicidad no solo afecta a los niños a la hora de elegir el mejor producto para tus hijos. Si te ponen en la caja que tiene calcio para que crezcan fuertes o vitaminas y minerales para poder estudiar y jugar al fútbol. ¿No se lo vas a comprar? ¿Vas a dejar que fracasen por no haberle comprado un paquete de cereales? Si en lugar de eso te dijeran que consumiendo esos productos aumenta el riesgo de obesidad y diabetes o que llevan grasas de la peor calidad… Ya te lo plantearías de otra manera, ¿verdad?

Iniciativa en El Congreso.

Finalmente enumera las medidas que han presentado en una iniciativa básica desde la que empezar el cambio. Cualquier cambio a mejor va a ser bueno porque llevamos demasiado tiempo parados, así que las iniciativas, aunque básicas, pueden ayudar si se hacen bien y de manera contundente. Plantean:

  • Cambiar el etiquetado para que sean más sencillas de entender y no utilicen trucos para “engañar”. Es cierto que las etiquetas son complejas. Pero volvemos a lo que te digo siempre. Eso se soluciona comprando productos sin etiqueta. Más mercado y menos supermercado. Producto natural, fresco, materia prima.
  • Regular la publicidad. Importantísimo y no descabellado. Éxitos como el caso de Chile lo demuestran. La OMS ya dio directrices para restringirla. 
  • Medidas fiscales. Algo también muy interesante y que se viene reclamando desde hace tiempo. No es posible que los alimentos ultraprocesados y ricos en grasas y azúcar sean tan baratos. No es posible, sobre todo, porque han demostrado el dinero que le cuestan al SNS (Sistema Nacional de Salud) debido a los problemas que ocasionan.En su momento esto quedó grabado en el tabaco y el alcohol. Del mismo modo hoy debería ocurrir con este tipo de productos. No se trata de subir el valor de la cesta de compra. Se trata de mirar por tu salud. Además, se podrían bajar los impuestos de los productos saludables o generar ayudas. Así ahorrarías en salud y dinero.

Aditivos.

Para terminar hacer un hincapié especial en el tema de los aditivos. Durante el vídeo, entiendo que como motivo de la confusión de sano y ecológico, nombran un par de veces los aditivos para regular su etiquetado.

Como ya hemos comentado en otras ocasiones los aditivos alimentarios son seguros y están regulados por la OMS. Ningún aditivo de los autorizados te va a dañar. Así que no hace falta indicarlos en ningún lado. Quizás sí que estaría bien regular la publicidad de “sin aditivos que tanto se ha puesto de moda.

Pues me despido de ti con la esperanza de que te haya quedado aún un poco más claro este concepto. Si tienes alguna duda ya sabes que puedes dejar un comentario y te la intento resolver.

Además, prometo ir al súper y comparar 5 productos saludables con 5 que no lo sean en cantidades equivalentes de consumo. Lo comentaré y veremos el resultado económico, solo económico. Ya que tienes claro, a estas alturas, el beneficio para tu salud, ¿no? 😛

¡Un abrazo y seguimos en contacto! 🙂

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